“…Y LÍBRANOS DEL MAL. AMÉN”

Noticia

Al hecho atroz de la violación, se debe sumar que los vejámenes a los niños del Juan XXIII, fue cometido por representantes de Dios, lo que amplifica hasta lo indecible el tormento de las víctimas, llevándolos incluso al suicidio. Los curas violadores, se sabían impunes de sus actos, por lo que muchas veces  sometían a sus víctimas, con las puertas abiertas de par en par.

Para ganarse la confianza de los niños, los curas violadores se ponían apodos graciosos, como: ‘Chesco’, ‘Vicu’, ‘Pica’, ‘coco’, entre otros.

Educados en la impunidad, se sacaban fotos rodeados de sus víctimas.

Periodistas y sacerdotes, dicen que fueron errores humanos, a cualquiera le puede pasar.

Las victimas; niños de un internado, niños huérfanos, niños podres.

Los medios de comunicación casi no hablan de ellos. La sociedad los perdona.

El escándalo surgió debido a la publicación de el diario íntimo de un cura pedófilo en Bolivia.

La pregunta es: ¿Cuántos otros curas (que no escribieron diarios) cometieron vejámenes contra niños bolivianos?

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