TRIBUNAL DE ÉTICA PERIODÍSTICA AÚN NO SE PRONUNCIÓ ANTE DESCONTEXTUALIZACIÓN A UNA DECLARACIÓN DE ÁLVARO GARCÍA

Política

El ex vicepresidente brindo una extensa entrevista a la Editorial Argentina “Perfil”, férrea opositora al gobierno de Alberto Fernández, sin embargo, la publicación no tergiverso ni manipuló la declaración de Álvaro García Linera. La prensa boliviana tomó una línea de la extensa entrevista y la descontextualizó. El Tribunal Nacional de Ética Periodística (TNÉP) aun no se pronunció ante esta falta.

El punto Nº 1 del Código nacional de ética periodística de Bolivia, señala que los periodistas y los medios de comunicación en ningún caso deben descontextualizar las declaraciones:

“1. Informar con exactitud, equilibrio, veracidad, oportunidad, pluralismo y ‘contextualizando’ los contenidos”, expresa el código.

Varias publicaciones de los medios de comunicación de Bolivia, publicaron “una frase” de la extensa entrevista de Álvaro García, sacándola de contexto, dejando de lado afirmaciones como:

“Evo es un líder carismático de esos que surgen cada cincuenta años en la vida de un país”.

“Evo Morales, despierta las emociones de la gente”.

“(En la última movilización) La gente venía a saludar a su papá. Eso decían. Y cuando alguien te dice que eres parte de su familia, te dice: “Vengo a ver a mi papá”.

“(Evo) Se incorporó en la sangre (del pueblo)”.

“Esa es la relación emotiva que hay entre Evo y la gente del pueblo. No la tiene ningún otro líder social en Bolivia”.

La pegunta que realizó Jorge Fontevecchia, cofundador de la Editorial Perfil es la siguiente:

FONTEVECCHIA: ¿Cómo es hoy la relación entre Evo y Luis Arce? ¿Y la suya? ¿Puede compararse el vínculo entre ustedes con el de Cristina Kirchner y Alberto Fernández?

ÁLVARO GARCÍA LINERA: Este es un tema muy interesante y complicado. Luis Arce ganó con el 55% de los votos, una victoria transparente y legítima de él y su vicepresidente, el compañero David Choquehuanca, cabeza de una alianza de movimientos sociales. El MAS es una confederación flexible y negociada de movimientos y actores colectivos. No es tanto un partido. Tiene muy poco de partido y tiene más de confederación y organización social. Y tiene usted al líder carismático de esos que surgen cada cincuenta años en la vida de un país, que es Evo Morales. Despierta las emociones de la gente. En la última movilización en La Paz, en diciembre, se movilizaron casi un millón de personas. La gente venía a saludar a su papá. Eso decían. Y cuando alguien te dice que eres parte de su familia, te dice: “Vengo a ver a mi papá”. Se incorporó en la sangre. Esa es la relación emotiva que hay entre Evo y la gente del pueblo. No la tiene ningún otro líder social en Bolivia. Tiene usted ahí un líder carismático en ejercicio de sus funciones, y encima presidente del instrumento político de los sindicatos. No ha sido fácil encontrar una convivencia entre estas fuerzas. Fue complicado y por prueba y error. A veces desencuentros, a veces Evo piensa que todavía puede actuar como presidente cuando ya no lo es. A veces el presidente Luis tomando ciertas decisiones sin haber acordado o consultado previamente con el líder de las organizaciones sociales. Pero esas asperezas necesarias, normales, en un proceso tan rico, tan potente como el boliviano, encontraron un cauce. Ahora estamos ante un momento de regularidad. Hay un presidente del Estado que toma decisiones efectivas y gubernamentales con total autonomía y un líder social que, en momentos específicos, se reúne con el presidente y los sectores sociales y se va creando una relación de jerarquía y de coordinación. Uno es el poder político gubernamental y otro es el poder social. Y entre ambos no hay una competencia, como a veces sucedió al principio, sino que hay una coordinación más o menos regulada cada 15 días, cada mes. Inventamos nuestro propio método boliviano de coordinación. En mi caso, lo que hago es mantener una relación con el compañero Evo, con el presidente Evo, regularmente en torno a ciertos temas de formación política, y con el presidente Luis, a quien respetamos y apoyamos mucho, hacemos breves encuentros o mensajes sobre algún tipo de tema que pudiera ayudar a la gestión. Es la manera de apuntalar nuestro proceso. No estamos siguiendo un modelo, no tenemos a quién copiar sobre cómo coexistir.

Saque usted sus conclusiones.

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