De acuerdo a un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) que dirige el economista y pastor evangélico, Gary Rodríguez, entre 2006 y 2021 la inflación en promedio en Bolivia fue de 4,6 por ciento. De 2018 a nuestros días, el indicador se mantuvo por debajo del 2 por ciento, siendo una de las más bajas de la región.
Mientras las secuelas económicas a causa de la pandemia y el conflicto en Ucrania, amenazan con arrastrar al mundo al barranco de la recesión y la hambruna, Bolivia se bate en soledad, esquivando conflictos sociales y económicos del ámbito local e internacional, evitando, por el momento, ser arrastrada por los vientos huracanados del infierno de Dante.
Según un artículo publicado por el portal de la BBC de Londres; la pesificación de la economía, los cupos de exportación de alimentos, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), y el Fondo Rotatorio de Seguridad Alimentaria, contribuyeron a mantener a raya la inflación y la escasez de comida en Bolivia.
“Ahora que ‘la Biblia ha vuelto a Palacio’”, escribió en febrero de 2020, el economista y pastor evangélico, Gary Rodríguez, congratulándose con el inesperado arribo del libro sagrado a Palacio Quemado, donde unos salvajes, supuestamente, le habrían cerrado el paso.
El 10 de marzo de 2020, se descubren en el país, los primeros casos de la peste (covid) que la biblia venía anunciando desde hace 2000 años.
Mientras los creyentes en la biblia y el libre mercado, vaciaban las arcas en plena epidemia, las farmacias se vaciaban de aspirinas, los cementerios se llenaban de muertos y las cárceles atestaban de herejes que habían creído que la tierra era la madre de todas y todos.
Los funcionarios del IBCE, observaban alucinados, cómo los fanáticos de las escrituras, arrasaban el milagro que unos hombres y mujeres de carne y hueso (más hueso que carne) habían logrado: la multiplicación del pan y la dignidad.