Fuego cruzado. El hallazgo de más de 1000 ítems de personal que cobraba sin trabajar (fantasmas), el desvío de recursos que debían ser utilizados a la lucha contra el covid, y la promulgación de decretos que delegan atribuciones de autoridad electa a funcionarios eventuales; avivan la interna de los partidos de oposición de Santa Cruz: Creemos (Camacho), Demócratas (Rubén Costas), y Santa Cruz Para Todos (Jhonny Fernández – Angélica Sosa).
Camacho, Costas, Sosa, Roly Aguilera y Zvonko Matkovic, se acusan mutuamente de revanchismo, de “hacerle el juego al MAS”, “de separar la paja del trigo”, etc.
Un juez instruye libertad irrestricta para Angélica Sosa en el caso BTR 1, pero regresa a la cárcel por los ítems fantasmas (entre otras causas pendientes). En el caso publicidad fantasma (utilización de fondo públicos para campañas políticas), la empresa Cisneros (representante de Facebook en Bolivia) descarga toda la responsabilidad en el entonces gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas.
Y Fernando Camacho no sabe cómo desentenderse de la publicación del decreto 373, que delega responsabilidades de autoridad electa (absolutamente indelegables), a un funcionario público.
Mientras Camacho se derrumba en las encuestas, en una disputa que no parece tener fin, los principales referentes políticos del oriente se desgastan mutuamente.