En el colegio fue víctima de bullying por su ropa, porque su familia era pobre y por cómo hablaba (tartamudeaba), hace unos meses le confesó un compañero de curso que “solo quería unirse a los marines para poder matar gente”.
Era un joven solitario de 18 años que fue víctima de bullying por un impedimento al hablar. El 16 de mayo, un día después de cumplir 18 años, Salvador Rolando Ramos acudió a la armería de Uvalde, Texas, y compró dos rifles de asalto y un revolver (En EEUU cualquier persona mayor de 18 puede adquirir legalmente un arma).
Hace unos meses, mientras jugaba básquet, el tirador de Texas, le comentó a un amigo que solo “quería unirse a los Marines un día para poder matar gente”.
Entre los 8 y 15 años, Ramos fue víctima de bullying por tartamudear y cecear fuerte, dijeron amigos y familiares.
Según el portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, el atacante se encerró en un aula y mató a todas sus víctimas. Hasta el momento hay 21 muertos, entre ellos 19 estudiantes, y varios heridos.
“Solo quiero unirme a los marines para matar gente”, había dicho el joven nacido en EEUU y de padres mexicanos.