Les hacen comprar a los niños unas láminas, para enseñarles a los pequeños que Bolivia perdió tres guerras, pero no les explican las causas ni identifican a la casta responsable de aquel desastre. Quizá los maestros tampoco lo sepan. La lámina se vende en las librerías, y cuesta un boliviano, el derrumbe de la autoestima de los niños, no tiene precio.
No les dicen que en 1837, ante la guerra con Argentina por la posesión de Tarija, nuestro país, invadió las provincias argentinas de Jujuy y Salta, derrotando al ejército argentino, comandado por Juan Manuel de Rosas.
Tampoco les dicen, que mientras Bolivia defendía Tarija, simultáneamente, estaba en guerra con Chile y Perú, y que el gran general Andrés de Santa Cruz Calahumana, derrotó a ambos ejércitos.
Tampoco les dicen, que seis años antes de la guerra del pacífico, el presidente Agustín Morales, representante de la casta terrateniente, ofreció a Chile venderle el mar boliviano.
“Los profes”, no les dicen a los niños que, en marzo de 1879, Bolivia no tenía ni un buque de guerra, que las castas gobernantes, en lugar de comprar armas para defender el mar, hacía concursos de poesía escrita en francés.
No les dicen a los niños, que Juancito Pinto, era un niño huérfano de padre y madre, que fue criado en un cuartel, entre caballos y militares alcohólicos, que tuvo que ir a la guerra a defender una patria que despreciaba a los niños huérfanos.
Los maestros no les cuentan a los niños por qué se perdió el mar, porque quizá, ellos tampoco lo sepan.
410 Total Visitas, 6 Visitas Hoy
