La iglesia tenía conocimiento de las violaciones por eso trasladaba de destino a los violadores. Encubrir, es fomentar la reiteración del delito: la iglesia encubrió a pederastas. John Arandia, dijo que los curas violaban porque necesitaban “ternura y cariño”, ahora, Página Siete, dice que gobierno “arremete” contra la iglesia.
“Lo más importante no es el tema sexual, homosexual ni la pedofilia, sino la necesidad de ternura y cariño…”, sostuvo John Arandia. Y qué culpa tienen los niños, de esa ausencia de ternura y cariño de los curas.
Pretendiendo politizar el dolor y la frustración de las víctimas, los medios plantean la hipótesis de; “si denuncias a los curas violadores, entonces eres masista”.
El vicepresidente de la Conferencia Episcopal (CEB), Ricardo Centellas, llegó a decir que las violaciones a niños, eran “un error”, algo así como una equivocación. El código penal boliviano considera que la violación a niños, es un delito de extrema gravedad. Nunca un error.
En la misma línea de la institución eclesial, algunos medios pretenden instalar en la sociedad la supuesta existencia de una persecución “injusta” hacia los curas violadores.
Página Siete dice que el gobierno arremete contra la iglesia. Los curas violadores no son la iglesia. Y, en realidad, salvando honrosas excepciones (María Nela Prada, Wilfredo Chávez y Jorge Richter), el gobierno ha hecho realmente muy poco por las víctimas.
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