Producto de la permisividad de las autoridades chilenas, cada mes ingresan al país no solo cientos de vehículos indocumentados, sino miles de toneladas de productos (Electrodomésticos, ropa usada, ropa nueva, incluso armas) que burlan el control aduanero nacional, muchas veces con la colaboración de Chile.
Más allá de la responsabilidad que corresponde a altas autoridades de la institución verde olivo, por el reciente talk show chileno, difundido con cierto entusiasmo por la prensa nacional, cabe decir, ante un problema tan complejo y de tan vieja data que, no es posible explicar este delito sin la complicidad de las autoridades chilenas (que «la misión encubierta» olvidó mencionar ).
A diferencia de lo que sucede con países como Argentina, Brasil y Perú, con Chile no existen operativos conjuntos de fronteras de lucha contra el contrabando, entre otros temas, porque Chile necesita garantizar la existencia de la Zona Franca de libre comercio de Iquique (ZOFRI). El movimiento comercial que genera Bolivia en los puertos chilenos, asciende a miles de millones dólares.
En febrero de 2013, carabineros de Chile detuvo a tres soldados bolivianos que participaban en un operativo de lucha contra el contrabando. Los contrabandistas al verse cercados por las autoridades nacionales, se refugiaron en territorio chileno.
En marzo de 2017, autoridades chilenas, devolvieron a los contrabandistas tres camiones con mercadería de contrabando, detuvieron por varios meses a dos militares bolivianos y a siete funcionarios de Aduanas.