Llegó a la alcaldía de la mano de los prejuicios de una ciudad que desprecia los espejos, que escupe sobre la imagen que los reproduce. Iván Arias llamó “hordas de orcos” a los grupos afines al Gobierno. Podrán serrucharse la nariz y teñirse el pelo, pero “el maldito color de piel” los persigue. Galeano decía que la verdadera victoria del conquistador, radica en que el colonizado, se desprecie a si mismo.
Lograron resignificar el termino “masista”, para asociarlo a ignorante, alcohólico, indio, promiscuo, depravado, orco, etc.
“Hordas de orcos”, pronunció Arias, intentando congraciarse con su base social de indígenas que creen que vivir en la ciudad, los hace menos indios.
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