Cuando la justicia está a punto de dictar sentencia en el caso golpe de Estado, en una maniobra mediática, sin sustento jurídico ni base legal, el exministro de facto, “ofreció” ser extraditado a Bolivia a cambio de arresto domiciliario para Áñez y que Dávila sea trasladado a EEUU.
En una aparatosa movida mediática, Arturo Murillo, a través de su operador político, Alejandro Entrambasaguas, como si dependiese de él, dijo estar dispuesto a ser extraditado a Bolivia, si se trasladado a EEUU al excomandante Dávila y concede prisión domiciliaria.
“Acepto una extradición al país…”, dice el primer párrafo de la carta del exministro de facto, pasando por encima de las decisiones de la justicia norteamericana.
El 25 de mayo de 2021, la justicia estadounidense detienen al exministro por el delito de “lavado de dinero”, que, de no mediar alguna maniobra de orden político, Murillo, podrían ser sentenciados a 20 años de prisión.
El Bolivia, el exministro de facto, está procesado por alzamiento armado, corrupción, sobreprecio de los respiradores, los gases lacrimógenos
Alejandro Entrambasaguas, es miembro de un partido político de extrema derecha de España denominado “VOX”.