Mientras Alfonso Pedrajas, escribía un diario íntimo, relatando detalles espantosos sobre cómo había sometido a cientos de niños bolivianos, Luis María Roma (también sacerdote), tenía archivos de videos y fotografías de sus víctimas.
En el archivo fotográfico de Luis María Roma se hallaron imágenes de niños desnudos, algunos empapados en agua, otros sentados en un mueble con la mirada atónita sin poder creer lo que les había sucedido.
Los niños tenían en sus partes íntimas, la mano del sacerdote Luis María Roma.
Los abusos fueron cometidos por Luis María Roma en su paso por Charagua, Santa Cruz.
El archivo fue descubierto por otro miembro de su congregación.
En una de las fotografías más difundidas se observa cómo el cura sujeta la quijada de una pequeña para besarla.
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