Como un gesto de protesta y solidaridad con el crac brasileño Vinícius, las luces del icónico Cristo Redentor, símbolo de la lucha de todos aquellos que sufren discriminación en todo el mundo; estuvieron apagadas durante una hora.
El racismo y la discriminación crecen en Europa y en América latina.
En argentina, las barras de ambos equipos, se insultan mutuamente, diciéndose, “bolivianos, bolivianos”, aunque en la cancha no hubiese ningún jugador de esa nacionalidad.
Los estadios de Bolivia no se quedan atrás: “collas, raza maldita”, repiten los hinchas cuyos orígenes son los mismos de quienes insultan.
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