En la ciudad de Corumbá (Brasil), a menos de 20 minutos de Puerto Quijarro (Bolivia), el costo de cada unida de lata de cerveza no supera los dos bolivianos, lo que constituye una presión a la producción nacional que no puede competir con los costos del producto extranjero.
Latas pequeñas, llamadas ‘palitos’, marcas como Brahma, Conti, y Skol, entre otras, son las más codiciadas para ser comercializadas de manera ilegal en Bolivia.
La devaluación del Real y una producción masiva y agresiva de cerveza en lata en Brasil, que logra cruzar la frontera, es una presión para la producción nacional que no puede competir con los costos.
Los camiones y particularmente las vagonetas Noah son los principales medios de transporte. Ya desde Brasil hay todo un sistema organizado para que los contrabandistas puedan comprar el producto y tener la certeza de que el mismo cruzará la frontera, por uno de los tres pasos que hay hacia nuestro país, para luego ser llevado a Santa Cruz o a otros departamentos.
Los contrabandistas perforan los controles realizando pagos a determinados funcionarios, para que miren hacia otro y dejen pasar las cargas que contienen cerveza, alimentos y ropa.
