La lluvia de críticas a la aerolínea Boliviana de Aviación (Boa), tiene como fin último el desprestigio de la empresa nacional, para posteriormente proceder a su privatización. Más allá de las demoras, BOA tiene los precios más bajos de la región en vuelos nacionales e internacionales.
“El Estado es un pésimo administrador”, solía repetir el empresario Samuel Doria Medina, en los años 80 y 90.
En primer lugar, los políticos procedían al desprestigio de las empresas nacionales, luego procedían a venderla al más bajo precio, y por último, se compraban la “empresa deficitaria”, ellos mismos.
De esa manera don Samuel se quedó con varias de las empresas del Estado, con la ayuda de los medios de comunicación instalaron la idea de que el Estado era un pésimo administrador, y por ello era necesaria su privatización.
Al país más pobre de la región, le quitaron las únicas empresas que tenían; economía de libre mercado le llamaban.
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